martes, 24 de marzo de 2009




23 Marzo 2009, 12:31 PM
Cápsulas
Escrito por: ALVARO ARVELO HIJO

Malos dominicanos impidieron que se materializara la independencia proclamada en 1821 por el prócer José Núñez de Cáceres.

Malos dominicanos estuvieron a punto de hacer fracasar la gesta nocturna independentista del 27 de febrero de 1844.

Malos dominicanos declararon traidores y exiliaron a Juan Pablo Duarte, Francisco del Rosario Sánchez y Matías Ramón Mella.

Malos dominicanos convirtieron en dictadura los primeros 20 años de vida republicana, con Pedro Santana a la cabeza.

Malos dominicanos lucharon a favor del imperio invasor y contra los ejércitos que buscaban restaurar la Patria.

Malos dominicanos habían vendido la Nación que ayudaron a crear, regresándola al coloniaje foráneo.

Malos dominicanos fusilaron al prócer Francisco del Rosario Sánchez, héroe nacional que buscaba coadyuvar al restablecimiento de la República traicionada en 1861.

Malos dominicanos en lugar de acudir al Grito de Capotillo de 1863 hicieron causa común con el ejército intervencionista de la corona española.

Malos dominicanos marcaron con los invasores cuando éstos fueron derrotados en 1865, obligándoles a hacer sus maletas y marchar a Cuba a proseguir allá sus crímenes, con José Trujillo Monagas a la cabeza.

Malos dominicanos permitieron que la obra grandiosa de la Restauración fuera cosechada por el déspota ilustrado Buenaventura Báez y sus 5 funestos períodos de gobierno.

Malos dominicanos permitieron que tras la obra negativa de Báez el país cayera en la cruel tiranía del héroe restaurador general Ulises Heureaux, que se prolongó hasta casi entrando el siglo 20.

Malos dominicanos permitieron que en las primeras 3 décadas del siglo 20 el país se debatiera en el malvado desorden del caudillismo gallero.

Malos dominicanos permitieron que ese desastre de 30 años partiera la horrenda tiranía de Rafael Leonidas Trujillo Molina, que duraría casi 32 años.

Esos mismos malos dominicanos habían impendido que la presidencia de la República la ocupara el prócer Francisco José Peynado, mientras facilitaban las cosas, ellos, los malos, para que la ocupara el funesto caudillo levantisco y montonero Horacio Vásquez.

Malos dominicanos impidieron que tras el ajusticiamiento del tirano Trujillo aquí se hubiese llevado a cabo un movimiento revolucionario que desmontara la todavía hoy coletasiana estructura trujillista.

Malos dominicanos derrocaron el primer gobierno constitucional y democrático que se daba el pueblo dominicano en 38 años: Juan Bosch-González Tamayo-PRD en 1963.

Y a esa lista de acciones de malos dominicanos agreguen ustedes los asesinatos políticos, la intervención de 1965, el fusilamiento del héroe nacional presidente Francisco Alberto Caamaño Deñó, el suicidio de un gran presidente como don Antonio Guzmán, fraudes electorales, etcétera, etcétera y muchos etcéteras más.

Y ahora, malos dominicanos, ¡malísimos! provocan la traición a la República a propósito del crimen de lesa Patria, del crimen de lesa humanidad, del crimen de lesa deporte, del crimen de lesa béisbol ocurrido en el maldito Clásico Mundial de Béisbol. ¡Me c... en ellos!

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