viernes, 2 de abril de 2010

LA SEMANA SANTA DE AQUEL TIEMPO Y LA DE AHORA


En aquel tiempo éramos más organizados, participativos y unidos en torno a la celebración de la Semana Santa. Seguíamos con mucho interés lo que se hace en la iglesia desde el miércoles de ceniza que es el banderazo que arranca la cuaresma, el periodo del tiempo litúrgico del calendario cristiano para la preparación de la fiesta de pascua.

Todo se organiza en torno a las actividades de la parroquia que lleva una secuencia de seis semanas, 40 días que simbolizan el retiro y ayuno de Cristo en el desierto; a los largo de este periodo los fieles católicos están llamados a reforzar la fe mediante actos de penitencia y reflexión.

Contrario a lo que creen los jóvenes de ahora, no eran tiempos de tristeza sino de meditación y recogimiento y mas allá de las tradiciones propias de Semana Santa participábamos con alborozo en las misas, procesiones y otras actividades incluidas la degustación de comidas populares con énfasis en las habichuelas con dulce y platos en base a pescados. Nada de carne.

La Semana Santa son siete días, se inicia el Domingo de Ramos, cuando conmemoramos la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén, el Lunes Santo es el segundo día de la semana mayor, la liturgia católica recuerda el pasaje de la Unción en Betania y la expulsión de los mercaderes del templo.

El Martes Santo se conmemora la traición de Judas y se centra en la reflexiones del evangelio. El miércoles Santo es el último día de la pre pascua, fue la ocasión que se reunió el Sanedrín, tribunal judío que condena a Jesús.

El Jueves Santo es el primer día del Triduo Pascual, se conmemora la ultima cena de Jesús con los doce apóstoles y se escenifica el lavatorio de los pies, se apagan las luces de la iglesia y se canta en la oscuridad el Chritus factus est.

El Viernes Santo es el núcleo central de la Semana Santa, se recuerda el vía crucis, camino recorrido por Jesús cargando la cruz, se conmemora la muerte de Cristo crucificado, no se celebra misa, sino un rito de oración, se lee la pasión según San Juan y se pronuncia el sermón de las siete palabras.

El sSbado Santo S rememora a Cristo en el sepulcro, no hay culto, es día de luto, momento de recogimiento y vigilia. El Domingo de Resurrección es el día que Jesús resucita después de la crucifixión, en la misa pascual se enciende el Cirio que representa la luz. La Semana Santa ha terminado. Es la Semana Santa tradicional donde todo se hace con devoción, religiosidad y amor a Cristo sacrificado, eran tiempo de paz, amor, regocijo espiritual. En ese ceremonial todos participábamos. Ahora no todos participan.

En este tiempo somos mas pero estamos dispersos y las actividades de Semana Santa ya no tienen como núcleo central la iglesia y su tradición religiosa aunque estas se mantienen inquebrantables pero la participación y entusiasmo de la gente no es la misma. Las nuevas generaciones tienen otro norte, otras motivaciones. En estos tiempos se habla de las vacaciones de Semana Santa y es el comercio que marca la pauta; los preparativos se advierten ante de la cuaresma con las ofertas y movimiento de comercialización turística.

Son las vacaciones de primavera, se combinan con desfiles de todo tipo, modas, trajes, eventos deportivos incluidos acuáticos, playeros, alpinismos, moto y bicicróss, competencias gastronómicas, y conciertos. Ahora las ofertas de Semana Santa son muchas y variadas.

Cada día es mas intensa la actividad turística en Semana Santa, es evidente que el fervor religioso ha disminuido y crecido el entusiasmo por las vacaciones de primavera con énfasis en las pasarelas y el exhibicionismo, este año la novedad es el primer festival de las flores en Jarabacoa.


De Freddy Sandoval

diariolibre.com