domingo, 6 de abril de 2008

Unas de cal....



POR VICTOR MENDEZ

¿Y son nuevas las nominillas?
Con las denominadas “nominillas” dizque descubiertas hace poco en varias instituciones del Estado, nuestros políticos pretenden una vez más que los dominicanos perdimos la memoria o que nunca la tuvimos.

Reformistas y perredeístas han querido hacernos creer que se trata de algo nuevo cuando en realidad ellos mismos las emplearon cuando tuvieron el control del Gobierno, para beneficio de sus parciales de la base.

Naturalmente, los unos y los otros las llamaron de otra manera, pero miles de sus parciales recibieron salarios como empleados nominales del Estado cuando sus partidos gobernaban.

Claro, no defiendo como correcta esa práctica porque, aunque es legal y a través de ella se resuelven problemas a gente muy necesitada, se presta al pago de favores y adhesiones políticas.

Lo enseñó el doctor Joaquín Balaguer como manifestación del clientelismo político durante sus primeros fatídicos 12 años de gobiernos sucesivos, y lo aprendieron muy bien los perredeístas y los peledeístas.

¿O no eran lo mismo, con nombre diferente, las ayudas gubernamentales a través de la Lotería Nacional y otras instituciones del Estado durante los gobiernos del doctor Balaguer?

¿Y qué decir de los “operativos de emergencia” y otros programas de ayuda a los necesitados aplicados por Don Antonio Guzmán y el doctor Salvador Jorge Blanco cuando ascendieron al poder a través del PRD, en 1978 y 1982?

¿Acaso no hizo su “nominilla”, con otro nombre, el entonces presidente Hipólito Mejía?

La respuesta a cada una de estas preguntas será indefectiblemente un “sí” aunque procuren hacernos creer otra cosa.

De lo que hablamos es de que con la alharaca sobre las denominadas “nomillas” nuestros políticos tratan de convencernos de que los dominicanos, más que olvidadizos, somos estúpidos o enajenados mentales.

Porque aparte de los nombres, lo único que diferenció de las actuales a aquellas “nominillas”, fue que unas beneficiaron a reformistas y otras a perredeístas, mientras las de ahora son para peledeístas de la base.

Lo mismo ocurre con las llevadas y traídas denuncias de uso de los recursos del Estado y de compras de adhesiones a favor de la campaña reeleccionista del presidente Leonel Fernández.

Se trata de prácticas contra las que aquí nadie tiene la moral necesaria para tirar la primera piedra, y sin embargo reformistas y perredeístas tienen la desvergüenza de aparecer en público como acusadores impolutos.

El liderazgo reformista pretende que los dominicanos ya olvidamos el abusivo uso de los recursos del Estado, las truculencias y chanchullos politiqueros de los que se valió su líder para sucederse a si mismo en el poder.

Y en lo que atañe al PRD, todavía están frescas en la memoria de los dominicanos las maniobras y alquileres de adhesiones por parte del entonces presidente Hipólito Mejía cuando empujaba contra viento y marea una aventura reeleccionista que hizo de su propio partido la entelequia en que devino.

De manera que el concierto a dos voces de reformistas y perredeístas debería ser recibido como algo ofensivo contra el pueblo dominicano.

Hablarnos ahora de nominillas, de compra de adhesiones o de abuso de los recursos del Estado como pecados exclusivos de los peledeístas, no les correspondería a los unos ni a los otros si sintieran algún respeto hacia el pueblo dominicano.

Porque ninguno de ellos ostenta calidad para erigirse en el ejemplo a seguir en razón de que sus actos desde el Gobierno han sido contrarios a sus prédicas desde la oposición.

Las persistentes denuncias, encausamientos judiciales y demás recursos politiqueros usados en el actual escarceo opositor no parece buscar que las cosas sean hechas como Dios manda. Más bien evidencian ausencia de un discurso capaz de atraer los votos necesarios para ganar las elecciones.

Da la impresión de que no han sido capaces de articular un discurso en base a propuestas creíbles que los catapultara a la cima de la simpatía electoral, y que por eso recurren a la distracción mediante una bullaranga dirigida a confundir a los votantes.

victormendez23@hotmail.com

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