domingo, 9 de marzo de 2008

Peña Gómez no muere

Allí estaba el líder, tendido en su cama, irremediablemente muerto.

Cuando subí a su habitación y lo vi., con un pantalón gris, camisa clara y corbata, con un pañuelo blanco amarrado de la barbilla al cráneo, como dormido, sentí que todo mi cuerpo se estremecía misteriosamente.

Sus hijas lloraban… La más joven lo tomaba de las manos como si fuera un niño triste, un niño muerto. Lo llamaba con frases tiernas...

Se preguntaba qué sería de ella, con tanto vacío en su corazón…

Doña Peggy, la mujer que lo acompañó en el amor y en el dolor, tenía los ojos cansados, el rostro maltratado por las lágrimas.

Me quedé petrificado mirando a Peña muerto, aún con los zapatos puestos. Se veía descansado... Jamás pensé que lo vería muerto tan temprano, jamás pensé que lo vería así, tan angelical, sin su voz de trueno, sin fuerza de huracán. Extrañé su sonrisa, dulce y honda, sencilla y tierna.

Mientras lo miraba pensaba que allí tendido descansaba un gigante, un dominicano que amó más a su país que aquellos miserables que le negaban su nacionalidad.

Pasaron dos minutos, tal vez. En realidad, no sé cuanto tiempo estuve petrificado, mirando su cuerpo, pero cuando reaccioné me pareció una eternidad. Cuando me di vuelta tropecé con Henry Mejía, quien me invitó a pasar a otra habitación donde estaban “los muchachos” José Frank y Tony que también lloraban, solos, como huyendo del dolor de los demás para que no fuera más grande su dolor.

La casa de Cambita se llenaba rápidamente. De pronto, la gente no cabía en la casa ni en sus alrededores. Parecía un hormiguero humano. Todos lloraban, hombres y mujeres. El drama era indescriptible. Un anciano caminaba de un lugar a otro, gritando como un loco, palabras que el viento de la noche repetía como un eco para golpear las conciencias de todos. Se preguntaba aquel hombre sin nombre, “¿por qué se mueren los buenos? ¡Tantos hijos de puta vivos y este hombre que era un santo, se muere! ¿Por qué? Una y otra vez: “¿Por qué? Y ese ¿por qué? emanado del pueblo se quedaba flotando en la nada golpeándonos a todos en las entrañas.

La casa se llenó de personas. No había espacio más que para el dolor.

Había que bajar el cadáver del gigante. “¡Qué salgan todos!” Gritaba Marino Mendoza, mientras Fafa Taveras, Roberto Santana y Milagros Ortiz Bosch, que era un mar de lágrimas, escoltado por su hijo Juan, hacían esfuerzos por desalojar el área.

La noche se hizo madrugada. Las estrellas dejaron de brillar. Y la luna parece haberse mudado al corazón de Peña para alumbrarle el alma.

Bajaron el cuerpo con cuidado extremo... Aquella muerte previsible, pero innecesaria, me pareció un absurdo, un disparate.

Aquella muerte tan esperada por sus enemigos y hasta por algunos “compañeros”, me pareció la última jugada. Mientras bajaban el cuerpo pensaba que se trataba de un acto de magia. Incluso pensé que Peña decidió morirse días antes de las elecciones para darle un triunfo arrollador a su partido y después aparecería diciendo: “Llegó el moreno, y llegó parao”.

Me marché de la casa dejándola sin Peña. Me acompañó la sombra del dolor. Y escribí estos versos.

Dicen que se lo llevó la muerte.

¿Será cierto?

Dicen que lo mató el corazón.

¿Será verdad?

Dicen que lo mató el cáncer.

¡No es verdad!

¿No lo habrá matado el odio?

¿No lo habrá aniquilado la infamia?

Tenía Peña un corazón muy grande, tan grande que no le cabía en el pecho,

un corazón que desbordaba toda su enorme geografía,

un corazón del tamaño del mundo,

un corazón de humanidad que sangraba y se desangraba

por su pueblo,

un corazón agradecido, incapaz de matarlo.

No. El corazón no lo mató.

¿Que lo mató el cáncer?

No. El cáncer no pudo con su voluntad de hierro, con su firmeza de acero,

con su amor por la vida.

Lo mató la infamia.

¿Qué harán ahora sus enemigos?

¿Qué harán ahora los que no le dieron tregua,

los que no le permitieron un solo minuto de paz?

¿Qué harán ahora? ¿Qué harán ahora esos miserables?

JUAN TAVERAS HERNÁNDEZ > elnacional.com.do

Correa pide creación OEA sin EU

UITO, (AFP).- El presidente de Ecuador, Rafael Correa, planteó el sábado la creación de una nueva "OEA sin Estados Unidos", al denunciar las presiones de Washington a favor de Colombia en el seno del organismo durante la crisis diplomática en la que se involucró Venezuela.

"Necesitamos una OEA conformada sólo por países de la región, es decir, una organización de estados latinoamericanos y ese bien podría ser el Grupo de Rio", señaló el mandatario en su programa semanal de radio. Correa justificó la propuesta aduciendo la lentitud con la que manejó el tema la Organización de Estados Americanos (OEA) con respecto a la rapidez del Grupo de Rio para adoptar una resolución que puso fin al conflicto por el ataque colombiano contra las FARC en Ecuador.

"Uno de los problemas de que la OEA no avance más rápido son los Estados Unidos, hablemos claro, que quería bloquear todo intento de resolver este problema de Ecuador", afirmó. Según Correa, varios presidentes le contaron que "habían recibido presiones" de Washington "para que no se metieran en el asunto y dijeran que era un problema bilateral cuando era un problema multilateral".

Ecuador rompió relaciones diplomáticas con Colombia por una incursión militar que dejó una veintena de muertos en suelo ecuatoriano, incluido el número dos de las FARC, Raúl Reyes, decisión en la que fue secundado por Caracas y Managua.

No obstante, en la cumbre del Grupo de Rio que concluyó el viernes en Santo Domingo los países dieron por terminada la crisis al emitir una declaración en la que Colombia pidió perdón y se comprometió a no incursionar nunca más en otra nación.

Relaciones

QUITO (AP).- El presidente Rafael Correa dijo el sábado que “tomará un poco de tiempo” restablecer las relaciones diplomáticas con Colombia, y anticipó que espera coordinar con Venezuela, el tercer país en discordia con los colombianos, para reanudar la normalidad diplomática con Bogotá.

Correa y su colega colombiano Alvaro Uribe en la Cumbre del Grupo de Río en República Dominicana el viernes estrecharon sus manos en un gesto que se interpretó como el fin de la crisis provocada por una incursión militar colombiana a territorio ecuatoriano el 1 de marzo, en la que pereció Raúl Reyes, alto jefe de la guerrilla colombiana.

“La reanudación de las relaciones diplomáticas ...tomará un poco de tiempo”, dijo el mandatario ecuatoriano en su tradicional programa radial de los sábados. Agregó que “coordinaremos con Venezuela y veremos un cronograma para restablecer a nuestros embajadores en Bogotá”.

El mandatario ecuatoriano recordó que el presidente venezolano Hugo Chávez también expulsó al embajador de Colombia en Caracas, a raíz del conflicto con Ecuador y “nosotros no somos desleales”, dijo Correa.

Aclaró que “no es que se arregló el problema: ’quédate tú embarcado, Chávez, y yo sí reanudo las relaciones”’, dijo coloquialmente el gobernante ecuatoriano. Agregó que será “difícil recuperar la confianza” en el gobierno del presidente Alvaro Uribe aunque a nivel de gobierno “conversaremos y sacaremos adelante las agendas bilaterales”. “Perdonar siempre, (pero) olvidar a nivel social puede ser nefasto”, señaló.

Correa quien consideró que en la XX Cumbre del Grupo de Río “triunfó la verdad”, explicó que el estrechón de manos con Uribe lo dio como presidente del pueblo ecuatoriano pero “como persona moriré indignado contra los que ofendieron a mi Patria”.

Sobre las acusaciones de una supuesta colaboración entre su gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC, calificó a la versión como una “infamia” y aclaró que el único interés de su régimen es “humanitario”, refiriéndose a contactos con la guerrilla que buscaban la liberación de 12 rehenes, entre ellos la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt.

“No se trata de defender a las FARC, condenamos actos inadmisibles de secuestros, rehenes (y) bombazos, ... pero jamás permitiremos que sin nuestra autorización se incursione en suelo ecuatoriano”, afirmó Correa.

“Fue una semana histórica para Ecuador y ayer un día histórico para América Latina”, señaló Correa tras agradecer el respaldo de los mandatarios a su protesta. En Lima, el presidente Alan García se mostró “contento” por la solución de un “lamentable incidente” al tiempo que destacó la posición conciliadora de Chávez, quien días atrás calificó de “criminal” y “mentiroso” a Uribe.

También el canciller peruano José Antonio García Belaunde, dijo sentirse satisfecho con la medida. Ecuador, Venezuela y Nicaragua rompieron relaciones con Colombia luego de que ese país ejecutara una operación militar no autorizada en territorio ecuatoriano que culminó con la vida de 25 guerrilleros y un soldado colombiano.

El viernes, el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega anunció que de inmediato reanudaba relaciones con Colombia.

Fuente> elnacional.com.do

Guerrillero revela por qué mató a jefe de las FARC

AP - 3/9/2008

Pablo Montoya, quien fuera jefe de seguridad del dirigente guerrillero “Iván Ríos”, el cuarto hombre en la línea de mando de las FARC, explicó en conferencia de prensa en una base del ejército que mató a su jefe para salvar su propia vida.

BOGOTÁ, COLOMBIA.- Las autoridades exhibieron a la prensa el sábado el cadáver del alto dirigente de las FARC alias “Iván Ríos”, asesinado por su jefe de seguridad, a quien se le permitió explicar cómo mató al guerrillero y luego le cortó la mano derecha.

Alias “Rojas”, identificado el sábado por el Ministerio de Defensa como Pablo Montoya, contó a los periodistas que eliminó a Iván Ríos a fin de bajar la presión del ejército sobre el frente 47 de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, que opera en la región noroccidental del país.

“Lo hice por la presión del ejército colombiano... para salvar mi vida y la de mi compañera y de otro compañero”, dijo Montoya en la rueda de prensa en el cuartel de San Mateo, Pereira, a 175 kilómetros al suroeste de Bogotá, adonde también fue conducido el cadáver de Ríos.

El cuerpo yacía en el piso de un helicóptero militar, en una bolsa plástica blanca, semiabierta, que permitía verlo desde el pecho hasta la cabeza, vestido con uniforme de camuflaje verde y con un disparo en la frente. Junto a él estaba otra bolsa plástica cerrada en la que el ejército dijo que contenía el cuerpo de la compañera sentimental de Montoya, “alias Andrea”, también asesinada. M ontoya era jefe de seguridad de Ríos, su hombre de confianza.