POR NARCISO ISA CONDE
Desde mi adolescencia en la vida y en la lucha revolucionaria, asumí una actitud de solidaridad, alianza y colaboración política con las FARC-EP. Y no sólo con las FARC, sino tambien con otros grupos insurgentes de Colombia y otras organizaciones político-militares del continente y del mundo.
Jamás me inhibí frente a las intensas y persistentes campañas de descrédito, que contra las FARC, el Frente Sandinista de Liberación Nacional, la URNG de Guatemala, el Frente de Liberación de Viet-Nam, el ELN de Bolivia, el MRTA de Perú, el Frente Patriótico Manuel Rodríguez de Chile, el PRT de Argentina, las guerrillas filipinas, la insurgencia palestina, las resistencias en Irlanda, el País Vasco, Turquía y muchas otras… han desplegado las oligarquías capitalistas, los Estados terroristas opresores y muy especialmente la potencia mundial líder en terror de Estado, genocidios, masacres y guerras destructivas a escala planetaria.
Nunca acepté el chantaje de las acusaciones de “terroristas”, “subversivos” y “narco-terroristas”. No olviden que siempre he sido guevarista.
Como me burlé de la acusación de “saqueadores” contra la población negra empobrecida de Nueva Orleáns en ocasión del huracán Katrina y de la negligencia criminal de la Administración Bush; y de aquella campaña que calificó de “forajidos” a los sectores medios y populares del Ecuador que se insubordinaron con la traición de Lucio Gutiérrez.
Nadie, sin embargo, me ha visto respaldando a movimientos armados y Estados cultores del terror indiscriminado, del fanatismo aberrante y del despotismo desenfrenado a nombre de la revolución (tipo Pol Pot, Sendero Luminoso o Stalin).
Tampoco, en otro aspecto, nadie me ha visto en actitud seguidista, subordinada, dependiente o incondicional de nuestros aliados por fuertes o prestigiosos que sean la organización o el Estado que representan ¡Ni frente al respetable y admirable liderazgo histórico de la revolución cubana!
Innumerables organizaciones revolucionarias y movimientos sociales, que no han recurrido a armas, han contado con nuestra solidaridad en escenarios electorales y en diversas luchas, protestas sociales y rebeldías culturales.
Ahora bien, si alguien esta en busca de “colaboradores” de las FARC-EP en República Dominicana, debo decirles que aquí tienen uno con domicilio conocido y en el proyecto de Nueva Izquierda -Círculos Caamañistas somos amigos de las FARC_EP, como sucede tambien en otros sectores de la izquierda social, cultural y política del país, y en no pocos componentes de los grandes contingentes de los(as) dominicanos(as) “de a pie.”
Déjense de inventar el “hilo en bollito” y el “helado en palito”.
Déjense de hacer el ridículo y de prestarse a ocultos juegos sucios, llevándose del cuento inventado por la CIA, y por la inteligencia del gobierno de Álvaro Uribe -difundido por el diario “El Tiempo” de Bogotá- sobre las supuestas siete “fundaciones” dominicanas al servicio del “terrorismo” y los misteriosos 7 colaboradores de las FARC-EP.
Déjense de darle crédito a la perversa torpeza de los agentes que la Estación de la CIA siembra con esos fines en la DNI y en otras organizaciones de seguridad, instruidos por los “inventores” de las armas de destrucción masiva en Irak.
Pasen por mi casa y por la de todos los(as) dominicanos(as) que nos proclamamos amigos de las FARC-EP y del legendario comandante Manuel Marulanda Vélez, comunista y bolivariano de pura cepa. ¡Somos muchísimos(as), más que siete!
Lo que está a la vista no necesita espejuelos, mucho menos el microscopio de Orlando Martínez, quien fuera asesinado hace 33 años por personeros de la misma calaña de los promotores de esta perversa campaña. Tengan valor: si les disgusta nuestra actitud, aprésennos, procésennos. Y no nos vamos a amilanar.
Y es válido para calieses y represores locales, agentes CIA, generales de horca y cuchillo, INTERPOL y demás malas yerbas aquí y fuera.
Váyanse al carajo con su chantaje. Sí, reitero, he visitado campamentos de las FARC-EP, soy amigo y aliado de sus comandantes y de su guerrillerrada, tuve hace ya varios años con Marulanda, Raúl Reyes, Jorge Briceño, Joaquín Gómez…; me he entrevistado varias veces con Iván Márquez, Jesús Santrich, Lucía y Rodrigo Granda.
Y a los periodistas amigos de la SIP y de la CIA que estén tentados a hacer con esto terrorismo mediático, les sugiero tengan en cuenta que en este país no hay caldo de cultivo para esa perversidad y menos contra nosotros. ¡Ahórrense esa ridiculez!
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