Esta mañana he recibido una postal desde Salamanca de mis amigos Dani y René. Siempre es una alegría recibir correo, pero cuando es físicamente y no en el PC, parece que la alegría es doble.
¿Y por qué es doble? En el fondo, por ambos canales llega la misma información… ¿o no?
Analicémoslo:
- El texto puede ser el mismo en el correo ordinario y en el electrónico
(1-1) - Podemos añadir cualquier material gráfico en ambos casos (fotos, dibujos…)
(2-2) - La información del matasellos también puede verse en la cabecera de los e-mails; de hecho, es un bonito entretenimiento: puedes ver qué programa utilizó para enviarlo, a qué hora exacta fue…
(3-3) - A los correos-e se les puede añadir sonidos y animaciones, cosa de la que carecen siempre las cartas ordinarias
(4-3) - Pero, ¿qué hay del olor (4-4), de la caligrafía (4-5), del saber que esa carta estuvo en la mano de tu amig@/novi@/familiar (4-6)? ¿Y saber que ese trozo de papel viaja desde un lugar remoto (4-7)? Y si encima te mandan algo desde allí, como una flor o unos granos de arena (4-8)… llámame fetichista, pero, quieras que no, eso siempre presta.
Quizá influya que hoy en día no es tan habitual recibir cartas convencionales (que no sean del banco). Si a mi abuela le dijeran que podría enviar una carta a mi abuelo y que le llegaría instantáneamente, seguro que ni se lo creería.
No hay comentarios:
Publicar un comentario