El camino es de paz y no de guerra, dice Chávez. “En lo personal moriré indignado por la agresión a mi patria”, afirma Correa. Restablecen relaciones diplomáticas Managua y Bogotá
SANTO DOMINGO, 7 de marzo.— Lo que no pudo conseguir la Organización de Estados Americanos (OEA) durante su reciente reunión en Washington, lo logró la XX Cumbre del Grupo de Río, desarrollada en República Dominicana al poner fin a la crisis surgida tras la agresión militar al territorio ecuatoriano por el Ejército de Colombia que bombardeó un campamento de las FARC, en el que dio muerte al líder guerrillero Raúl Reyes y a otras 23 personas.
Foto oficial de la cita dominicana.
La Declaración de la XX Cumbre del Grupo de Río expresó su rechazo a esta "violación a la integridad territorial de Ecuador, y por consiguiente reafirmamos el principio de que el territorio de un Estado es inviolable y no puede ser objeto de ocupación militar ni de otras medidas de fuerza tomadas por otro Estado, directa o indirectamente, cualquiera que fuera el motivo", precisa el texto del documento.
El presidente colombiano, Álvaro Uribe, se comprometió a no repetir un hecho similar, y el mandatario ecuatoriano, Rafael Correa, abandonó el reclamo de sanción contra Bogotá. De esta forma se dio por superada la crisis entre ambos países, que también implicaba a Venezuela.
Al dar por zanjado el diferendo con Colombia, Correa señaló que son suficientes las excusas, las garantías y los documentos presentados por Bogotá. "Con el compromiso de no agredir nunca más a un país hermano y el pedido de perdón, podemos dar por superado este gravísimo incidente", dijo, aunque aclaró luego que "en lo personal moriré indignado por la agresión a mi patria".
"Esto no se soluciona con un abrazo, el problema sigue latente, el problema de fondo son los graves conflictos colombianos que están afectando a otros países, como Ecuador", dijo Correa, después de los saludos.
Por eso, le reclamó a Uribe que aceptara una "fuerza internacional" del lado colombiano, para que custodie las fronteras y se logre que el conflicto interno colombiano no se traslade a otras naciones.
LA PAZ, NO LA GUERRA
En el curso de la reunión, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, llamó a un camino de paz y no de guerra, así como deseó que la cita contribuyera a una salida racional del contencioso. En ese sentido advirtió que la doctrina defendida por su par colombiano, Álvaro Uribe, solo puede conducir a una peligrosa regionalización e internacionalización de este conflicto.
"Lo que más me preocupa es que Uribe ha pedido disculpas (por la incursión militar), pero está aquí reivindicando un principio de soberanía que inventaron ellos. Están reivindicando el derecho a combatir el terrorismo allá donde esté, esa es la doctrina de (George W.) Bush", señaló.
Chávez pidió a su colega colombiano que revise esa doctrina, porque "nos puede llevar a una hecatombe y ahí está el gran interesado: Estados Unidos". Detrás está el petróleo y las mayores grandes reservas del mundo, que están en Venezuela, subrayó.
Finalmente, alertó que el prolongado conflicto colombiano no tiene salida militar y reiteró la disposición de su Gobierno de contribuir en el canje humanitario entre las fuerzas beligerantes de esa nación.
Asimismo, el Presidente venezolano afirmó que recibió pruebas de vida de 10 rehenes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), entre ellos el soldado Carlos Moncayo.
El mandatario pidió que entraran en la sala la senadora colombiana Piedad Córdova y Yolanda Pulecio —madre de la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt, secuestrada en el 2002—, quienes llegaron a Santo Domingo para expresar la necesidad de aumentar los esfuerzos en favor de las tareas humanitarias.
Por su parte el jefe de Estado nicaragüense, Daniel Ortega, quien había decidido romper los nexos diplomáticos con Bogotá el miércoles en solidaridad con Quito, expresó que en correspondencia con la disminución de las tensiones "daba para atrás a la ruptura de relaciones". En tanto Uribe confirmó que respetará cualquiera que sea la decisión del Tribunal de La Haya respecto al conflicto territorial que mantienen Nicaragua y Colombia.
Al mismo tiempo el presidente de Bolivia, Evo Morales, defendió el proceso de integración latinoamericana y se pronunció por la salida negociada. "No debemos permitir que los conflictos perjudiquen la integración latinoamericana", señaló Evo, quien llamó a sus homólogos a buscar salidas mediante el diálogo. (SE)
Fuente>granma.com.cu