Las autoridades temen el envejecimiento de la población
JOSE REINOSO - Pekín - 01/03/2008
China eliminará gradualmente la política de hijo único -que fue puesta en marcha a finales de la década de 1970 para controlar la explosión demográfica-, según ha asegurado Zhao Baige, viceministra de la Comisión Nacional de Población y Planificación Familiar. "Queremos cambiarla poco a poco. No puedo decir cuándo o de qué manera, pero éste se ha convertido en un tema clave entre quienes toman las decisiones en el Gobierno", ha declarado Zhao a la agencia Reuters.
El país asiático sufre un serio problema de envejecimiento de la población y una creciente disparidad de género, que ha provocado la alarma entre los expertos. Se estima que, de seguir la tendencia actual, en 15 años puede haber 30 millones de hombres más que de mujeres en edad de formar una familia, lo que podría provocar migraciones, tráfico de mujeres e inestabilidad social.
Las autoridades aseguran que los estrictos controles de natalidad han evitado más de 300 millones de nacimientos y han favorecido una elevación más rápida del nivel de vida del país. Sin embargo, sus detractores afirman que, además de violar las libertades del individuo, han desembocado en numerosos abortos y esterilizaciones forzados, y el abandono de muchas niñas, dada la preferencia de las familias por los varones. En China, nacen 118 niños por cada 100 niñas, cuando el ratio normal en todo el mundo es entre 103 y 107 varones por cada 100 hembras. El 51,5% de los 1.314 millones de habitantes que tenía China en 2006 era varón.
La mayoría de las parejas en las ciudades sólo puede tener por ley un descendiente, mientras que en las zonas rurales se les permite dos si el primero es niña. Las minorías étnicas pueden tener dos o más. Zhao aseguró que el Gobierno está estudiando la cuestión con mucho cuidado para que cualquier decisión que se tome no provoque un alza repentina de la población. Para ello, según dijo, se tendrán en cuenta los efectos sobre los escasos recursos con los que cuenta el país, la actitud de la gente y la incidencia sobre el incipiente sistema de seguridad social. La funcionaria advirtió de que, en cualquier caso, será mantenida una política de planificación familiar. Según las encuestas oficiales, el 60% de los chinos menores de 30 años desea tener un máximo de dos hijos, y sólo una pequeña parte quiere tres o más.
En los últimos años, Pekín ha relajado la llamada política del hijo único, pero los gobiernos locales siguen sometidos a gran presión para que no superen los objetivos que les son fijados, empleando en ocasiones medidas coercitivas con la gente, que han sido fuente de violentas protestas. Muchos ciudadanos ricos han optado, además, por tener dos y tres hijos, a pesar de las prohibiciones, a cambio de pagar las consiguientes multas, lo que ha generado un sentimiento de discriminación entre quienes no se lo pueden permitir. Se prevé que la población china alcance 1.500 millones de personas en 2033.